El otro día fui con unos buenos amigos a ver Dr. Strange. Si bien el propósito inicial era ir a pasar tiempo juntos y ver una buena película, también queríamos ver si esta era apta para que nuestros hijos e hijas la vieran ya que es parte de la conocida saga de Marvel.
Los que me conocen sabrán que no me considero una persona legalista. Por esto, estuve pensando varios días si debía escribir algo al respecto o no. Pero ya que uno de los motores de mi vida es aportar al crecimiento de la vida espiritual de las familias, me decidí a escribir esto.
Para comenzar, quiero en primer lugar aclarar que mi perspectiva frente a las distintas expresiones culturales, (ya sea cine, literatura, pintura, etc.) es que los discípulos de Jesús deben orientarse más al discernimiento que la prohibición. Con lo anterior, quiero decir que es imposible en nuestra sociedad aislar a los niños y adolescentes (y a nosotros mismos) de todo tipo de estímulo, contenido o filosofía no cristiana. Entiendo que tampoco ese era el propósito de Jesús (Juan 17:15)
Es por esto que como padres debemos entregarles herramientas para que puedan discernir y generar un criterio con el cual logren entender que es bueno y malo desde la perspectiva Bíblica y desde el sentido común.
No siempre nos tendrán a nosotros para decirles qué está bien y mal. Pero, si logran crear un pensamiento crítico, esto les dará herramientas en cualquier contexto para saber cómo elegir el camino de la vida. Personalmente me gusta ocupar contenidos tales como películas, libros u otros para abrir el diálogo como mis hijos de variados temas y, en especial, de lo relacionado a la fe. Casi cualquier contenido, bien usado y analizado puede ser de aporte para lo anterior.
Como segundo punto quiero decir que me considero un fan de las películas de súper héroes ya sean de Marvel o DC. No soy un nerd declarado, pero si confieso que tengo ciertos rasgos… Esto lo digo, porque en general disfrutamos de estas películas como familia. El comentario que les presento aquí no busca caer en la prohibición o cuestionamiento de las películas de este género o similares.
Habiendo dicho lo anterior, les quiero compartir algunas cosas que sí me preocuparon y levantaron una alerta de la última película de Marvel, “Dr. Strange en el Multiverso de la Locura”. Espero que lo que les comparto a continuación, les aporte algunas herramientas para decidir si es una película apta para ustedes y su familia.
1- Hay una simbología ocultista y satánica completamente abierta:
Con esto me voy directo al grano ya que es una de las cosas que más me preocupó.
Si bien ya en películas anteriores de Marvel estos componentes estaban presentes de manera sutil (sobre todo en las películas de Dr. Strange, Wanda Visión, Shang-Chi, etc.) en esta última entrega toda esa temática adquiere un protagonismo exagerado.
En todo el desarrollo de la trama hay símbolos, lecturas, altares, nigromancia, palabras que, sin ningún tapujo, expresan acciones directamente satánicas.
Spoiler alert: Dr. Strange inclusive llega a hacer un rito para invocar demonios que poseen propio cuerpo muerto en otro universo. Esto le permite atacar con una legión de demonios a su enemiga que es nada menos que una bruja.
Algunos me podrán decir que todo lo anterior es parte de la ficción y de lo que está de moda y que es un recurso ya utilizado en películas. Eso es cierto, pero eso no lo hace menos preocupante. En mi punto de vista esta producción busca exponer a las personas a una cultura satanista y de ocultismo sin ningún tipo de filtro. Pretende a la vez normalizar estas prácticas y de alguna manera banalizar el impacto que el mundo espiritual pueden tener en nuestras mentes y corazones. Para mí estos son dardos del enemigo que debemos aprender a contrarrestar con el escudo de la fe. (Efesios 6:16)
2- Hay relativización constante del bien y el mal
Como lo decía anteriormente, creo que como discípulos de Jesús debemos ser capaces de discernir el bien y el mal. Si esto no esta claro en nuestros valores, pensamientos y comportamiento, todo es relativo. Desde el Antiguo Testamento, (Deut. 30:19) se nos insta a escoger el camino de la vida por sobre el de la muerte. Uno de los aspectos que me llamó la atención de esta película, es la proclamación constante en su contenido de que el fin justifica los medios. Pero más allá de esto, (que no es nuevo ni en la literatura ni en el cine) es la trasmisión de la perspectiva de que la persona más vil y destructiva puede maldecir, matar, destruir o lo que este al alcance de su mano (o magia) con tal de cumplir lograr una meta propia (Spoiler alert: de estar con sus hijos imaginarios nuevamente). Me parece que este mensaje busca implícitamente justificar actos psicópatas como normales. Y ya tenemos mucho de esa expresión en nuestra sociedad…
3- Por último, hay una justificación del suicidio como la única respuesta para escapar de las luchas emocionales internas.
Nuevamente Spoiler alert: A final de la película, Wanda (o ahora llamada la “Bruja Escarlata”) se da cuenta (luego de destruir casi un universo entero y matar a muchas personas en el camino) que la única forma de lidiar con sus conflictos internos es auto-eliminarse siendo aplastada por el peso de un edificio. No hay más escapatoria, no hay posibilidad de cambio, la única salida es la propia muerte. Cuando no tenemos otra salida, la única forma de escapar es nuestra propia muerte. ¿Es esta la puerta de escape que le queremos enseñar a las personas en crisis?
Finalmente, me gustaría recalcar un punto: el propósito de este escrito no es hacer una crítica cinematográfica. Ni siquiera hacer un desglose de valores de esta película. Hay varios otros puntos que se pudieran analizar, pero no es mi propósito aquí. Tampoco busco hacer una inquisición de las películas de esta saga o estilo. Como les dije anteriormente, he disfrutado muchas producciones anteriores.
Cuando escribo esto tengo en mente a aquellos padres y madres que al igual que mi esposa y yo, estamos comprometidos con la formación espiritual de nuestros hijos, pero que por otro lado entendemos que “vivimos en este mundo, pero no somos parte de él”. No es sencillo navegar en las aguas de una sociedad tan “líquida” como la que nos toco vivir.
Por otro lado, siempre va a ser más fácil tomar la ruta del legalismo que la del discernimiento. El legalismo no nos permite analizar, solo busca prohibir sin posibilidad de diálogo. Creo que la obra de Jesús justamente nos hizo libres para que podamos discernir con sabiduría y actuar según sus enseñanzas.
Escribo esto también porque estoy cansado de ver la pasividad de muchos cristianos (en especial papás y mamás) a la hora de vivir con diferenciación frente a los valores de la cultura dominante. Debemos estar atentos para ayudar, guiar y proteger sobre todo a los más jóvenes. Esto requiere que despertemos y vivamos en esta cultura con los ojos abiertos, atentos y no dormidos.
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