Más de una vez me sorprendo con preocupaciones por algo (o por más de una cosa). Muchas veces ni siquiera tengo identificado con tanta claridad que es ese «algo», pero sin embargo, me lleva a un estado de no-paz, ansiedad, preocupación, mal dormir, etc…
Hay otras veces en que sí tengo claridad de que es lo que me preocupa y hago un festín en mi mente de todas las cosas que podrían salir mal, y de las alternativas más macabras de la circunstancias que debo enfrentar.
Tal vez a ti te ha pasado esto antes de dar una prueba, en una entrevista de trabajo, previo a una conversación complicada, o en medio de una situación de crisis.
Creo que una de las razones de por qué esto nos sucede es porque a menudo nos olvidamos de la forma en que Dios nos mostró de como enfrentar nuestros problemas y ansiedades.
La forma en que Dios quiere que enfrentemos esto, la podemos aprender en una carta que Pablo (un discípulo de Jesús) le escribió a la iglesia ubicada en la ciudad de Filipos. Pablo nos dice lo siguiente:
6No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. 7Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6 NTV)
Aquí podemos sacar algunas pistas para enfrentar nuestros problemas y la ansiedad:
1- Deja de preocuparte
No se preocupen por nada
Es interesante que esto no es una recomendación si no más bien una clara dirección la que Pablo nos da. En nuestra sociedad seguimos la tendencia completamente opuesta de decir «preocúpate por todo». Es más, el no preocuparse es algo casi mal visto: «si no te preocupas eres un irresponsable.»
Pero aquí Pablo es claro y nos desafía a no preocuparnos por nada. ¿Fácil? No. ¿Imposible? No.
2- Ora por todo
En cambio, oren por todo
Aquí hay una perspectiva bastante distinta: en vez de preocuparnos debemos orar. ¡Sí claro! (me dirás), eso suena sencillo…pero llévalo a la práctica! La verdad que llevarlo a la práctica no es tan sencillo, pero tampoco tan complicado como te imaginas. Lo vemos más difícil de lo que parece porque tenemos en nuestra mente la idea de que Dios sólo escucha las oraciones bien redactadas, pulidas y sin ningún síntoma de inseguridad humana. No hay nada más alejado de la realidad que esto.
La verdad es que podemos acercarnos a Dios y orar de las maneras más sinceras que nos podamos imaginar. ¿no me crees? Lee como David oraba a Dios. (Ej: Salmos 17:8-14) Muchas veces…¡con demasiada honestidad!
Deja que tus oraciones sean sinceras, cuéntale a Dios con toda la transparencia e imperfección de tu corazón que es lo que te está preocupando o esta poniendo ansioso. Dile que estás preocupada por la relación con tu novio, cuéntale que te da temor hablar en público en la disertación de esta semana, dile que tienes rabia y estas frustrado por como tu jefe te trata día a día, háblale de la ansiedad que sientes cada fin de mes porque no sabes como vas a pagar tus cuentas. Dios no se va a espantar por tu sinceridad…de hecho el se alegra con las oraciones así de sinceras y reales.
3- Dile a Dios lo que necesitas
Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
¡Díle a Dios lo que necesitas! Tal vez tu petición es un tanto egoísta…no te preocupes Dios, por medio de su Espíritu Santo se encargará de traducir esa mezquina oración Romanos 8:26 (y la verdad es que a medida que más ores, más tu corazón será transformado para hacer oraciones cada vez menos centradas en ti). Pero ¡Cuéntale a Dios lo que necesitas! El quiere escuchar que hay en tu mente y corazón.
Luego de que hayas sido sincero con Él recuerda lo bueno y fiel que ha sido en el pasado y simplemente detente para darle gracias. Muchas veces se nos olvida lo que El ha hecho. La verdad es que nunca nos ha fallado. Así lo canta también mi buen amigo Santiago Benavides en su canción «Se me olvida»
4- Recibe su Paz
Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús
Por último, y como consecuencia de todo esto podremos experimentar la paz de Dios que va más allá de lo que podemos entender. Pero ojo, esta paz es una consecuencia de todo lo anterior. Deja primero de preocuparte, ora por esa preocupación, dile a Dios lo que necesitas y dale gracias. Luego…experimenta su paz que va más allá de lo que podrás entender.
Entonces ¿Qué harás la próxima vez que tengas una preocupación en mente? Practica este consejo que Pablo nos da y verás cambios profundos en como enfrentas tus problemas y ansiedad:
- Deja de preocuparte
- Ora por todo lo que te preocupa
- Dile lo que necesitas a Dios
- Dale Gracias por lo que Él ya ha hecho
- Recibe su paz
¿Cómo enfrentas tus problemas y ansiedades? ¿Cuáles son algunas de las maneras en que puedes practicar más a menudo estos 5 pasos en tu vida?
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