¿Cómo influye nuestra fe en nuestro voto político? 10 ideas orientadoras

por | 24 Oct | 2024

Compartir

En nuestro país nos acercamos nuevamente a una jornada de elecciones. Esto me llevo a pensar: ¿Cuáles son algunos aspectos que los discípulos de Jesús deberían tener en cuenta a la hora de decidir su voto? Te comparto aquí diez reflexiones personales al respecto que te pueden ser de utilidad:

 

1. Primero que todo, ten en cuenta que las instituciones de gobierno no son la iglesia:

Es interesante que Jesús mismo indica que debemos cumplir con nuestros deberes como ciudadanos. (Mateo 22:21) También a lo largo de todo el Nuevo Testamento observamos que los discípulos de Cristo tienen una doble ciudadanía (Filipenses 3:20) tanto en la tierra como en el Reino de Dios y por lo tanto deben entender que rol juegan en cada una de estas. Me parece que muchos cristianos se confunden en este punto. Desde una perspectiva errada piensan que las personas que nos gobiernan deberían ser cristianos devotos. Buscan así los mismos requisitos espirituales o de madurez cristiana en los políticos que se están postulando a cargos públicos. Esto muchas veces los lleva a ser ingenuos y dejarse llevar por las muestras religiosas públicas externas que hacen los políticos para ganar votos. El voto de un cristiano debe apoyar a las personas que tienen la capacidad y preparación para gobernar con eficacia, honestidad y que buscan el bien común y el mejoramiento de nuestras ciudades y países. En un escenario ideal, que bueno si además esa persona es cristiana.

Pero atención en esto: Un candidato autodenominado cristiano no necesariamente es el que tendrá más habilidades para gobernar, solo por definirse como tal. Si fuera así ¿Eliges a tu doctor, a tu mecánico, a tu abogado por su convicción de fe? No, lo eliges porque hace un buen trabajo como profesional. De hecho, aún en la iglesia el llamado es que las diversas funciones sean asumidas según dones y capacidades. (1 Pedro 4:10-11)

No quiero que me mal interpreten en este punto. Claro que son importantes los valores de las personas ya que son la base de sus acciones. Sin embargo, he observado en variadas ocasiones que existen políticos que expresan valores morales cristianos (tales como la justicia, el respeto a los otros, la verdad, la paz) y los promueven sin necesariamente definirse como discípulos de Jesús. Por otro lado, hay políticos que se presentan como creyentes, pero están muy alejados del modelo de Cristo. Recuerda lo que nos dijo el maestro: Por sus frutos los conocerán. (Mateo 7:16). Debemos evaluar a las personas en relación con lo que hacen, no en relación a lo que dicen que hacen.

 2. Infórmate:

La Biblia nos enseña a ser sabios y buscar el conocimiento (Proverbios 15:14) Uno de los principales errores (y no solo de los cristianos) es no informarse acerca de los candidatos y sus propuestas antes de votar. Una forma práctica para esto es averiguar el historial de experiencia de la persona en el servicio público, su currículo, preparación profesional, entre otros. Gracias a internet, hay mucha información disponible a la cual se puede acceder referente a los candidatos, sus proyectos y propuestas.

 

3. Analiza si las propuestas del candidato apuntan a buscar el mayor bien común:

Cuando el pueblo de Israel estaba en el exilio en Babilonia se le exhortó por parte del Señor a que trabajaran por la paz y la prosperidad de la ciudad donde estaban desterrados (Jeremías 29:7) Parte de promover la paz y prosperidad de nuestros países es votar por personas que busquen (por lo menos en sus contenidos programáticos) de manera efectiva el avance de nuestros pueblos.

Como lo dijimos anteriormente, no podemos esperar que los políticos adhieran a valores en los cuáles no creen. Pero sí podemos votar por personas que efectivamente estén buscando que la comuna, la región o el país sea un mejor lugar donde vivir. Es decir, que estén dispuestos y comprometidos a buscar el bien común de las personas a las que quieren gobernar y que su actuar previo así lo demuestre.

 

4. Quédate con los más íntegros:

Bien… sabemos que la política es el arte de las apariencias. Pero en cuanto respecta a ti, busca votar por aquellas personas que según tu investigación y opinión sean las más integras. La Biblia nos anima a vivir y buscar la integridad (Proverbios 10:9) Ten cuidado en apoyar con tu voto a personas que sean moralmente cuestionables, que en sus roles anteriores hayan dañado intencionalmente a otros, hayan sido abusivos, ejercido cohecho o ejercido un poder destructivo.

 

5. Vota por gente con capacidad de gobernar:

Esto puedo sonar un poco obvio, pero no siempre lo es. Es importante tener cierta información de la experiencia previa de las personas, su formación, su habilidad para liderar y gestionar. La Biblia en muchos lugares nos muestra el gran aporte que fueron para la nación lideres dotados. (Moisés, Salomón, Josías) Pero también nos da muchos ejemplos del terrible impacto que tuvieron personas sin habilidades para liderar y que ocuparon cargos de poder. (Sansón, Saúl, Faraón) Desde mi perspectiva, prefiero votar por personas que posean experiencia previa de liderazgo y de responsabilidad en roles ejercidos en la esfera pública o privada.

 

6. Respeta la convicción de tu hermano(a) cristiano que tiene otra visión política:

Pablo nos enseña en el capítulo 14 de la carta a los Romanos que cada creyente debe desarrollar sus propias convicciones delante del Señor y actuar en paz y con coherencia respecto a esto. Esto apela a un aspecto básico de la fe cristiana que es la libertad de conciencia de cada creyente, construida sobre los fundamentos esenciales de la Palabra de Dios. Esta libertad hace posible que en una comunidad de fe puedan convivir personas de derecha, de izquierda y de centro (o de cualquier otro sector). Cada uno debe buscar construir su propia convicción política en coherencia con la verdad revelada en la palabra de Dios. Me gusta mucho una frase que Billy Graham dijo hace muchos años respecto a la política: “A mí no me interesa ganar solo el ala derecha o solo el ala izquierda. A mí me interesa ganar el ave completa para Cristo”

 

7. Recuerda que primero somos discípulos de Jesús y luego viene todo lo demás. Eso incluye nuestra opinión política.

Algunos cristianos en esto invierten sus prioridades. Primero ponen su posición política por sobre su identidad como cristianos. Esto los lleva a mirar y evaluar todo de manera prioritaria desde su posición ideológica/política. Pero Jesús (y los diez mandamientos) ya nos advirtieron que nunca pusiéramos a nadie o nada por sobre Dios. (Mateo 22:37) Hacer eso, es el inicio de la idolatría. Todo lo que hacemos debe buscar glorificar a Cristo (1 Corintios 10:31) y esto incluye nuestra opinión y participación política. Jesús en el sermón del monte enseñando acerca del pecado dijo: “Y si tu mano—incluso tu mano más fuerte—te hace pecar, córtala y tírala. Es preferible que pierdas una parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.” ¿Será que algunos cristianos deben evaluar si sus posiciones políticas les están llevando por un camino pecaminoso?

 

8. Ya sea que pierda o gane nuestro candidato, como cristianos tenemos la responsabilidad de orar por nuestras autoridades:

Esto puede ser muy desafiante en algunos escenarios sociales. Sin embargo, es importante notar que Pablo le da esta instrucción a Timoteo (1 Timoteo 2:2) en un período de la historia donde la democracia no era ejercida en su plenitud. Muchas de las autoridades eran impuestas por el imperio. Así y todo, el mandato era a orar por ellas. Y el enfoque de esta oración era “para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad.” Si los cristianos comprendiéramos realmente el poder de la oración, oraríamos con mayor compromiso por las autoridades.

El teólogo Eugene Peterson lo explicó así:

«La oración es acción política. La oración es energía social. La oración es bien público. Mucho más de la vida de nuestra nación está conformada por la oración que por la legislación. El hecho de que no hayamos colapsado en la anarquía se debe más a la oración que a la policía. La oración es un acto sostenido e intrincado de patriotismo en el sentido más amplio de esa palabra, mucho más preciso, cariñoso y conservador que cualquier patriotismo presentado en consignas. Que la sociedad siga siendo habitable y que la esperanza siga siendo resurgente son atribuibles a la oración mucho más que a la prosperidad empresarial o al florecimiento de las artes. La acción más importante que contribuye a la salud y la fuerza que hay en nuestra tierra es la oración.»

 

9. Vota con gratitud:

A menudo damos por sentada la democracia en los países donde vivimos. Sin embargo, poder ejercer el derecho a voto es un privilegio que no todas las personas en el mundo pueden practicar. Por esta razón seamos agradecidos de poder practicar el ejercicio democrático del voto libre. Y puedes hacer algo más: Cada vez que vayas a votar haz una oración por aquellas personas que viven en países bajo dictadura u opresión política para que puedan experimentar mayor libertad en sus naciones.

 

10. Para terminar, un valor no negociable y que debería determinar por quién votamos (o no) es el valor que los candidatos le den a la vida humana:

Guiado por los principios que enseña Jesús, especialmente en el Sermón del Monte, mi conciencia no me permite votar por aquellas pesonas que adhieren a filosofías que no reconocen la dignidad de toda vida humana. De esta manera, si en la nómina de candidatos no hay nadie que cumpla con este criterio, prefiero votar nulo o blanco antes que apoyar candidaturas que contradicen ese principio.

 

A modo de cierre quisiera compartir el siguiente extracto de una publicación originalmente en inglés (Christian Voter Guide) del Pastor y autor Brian Zahnd que me pareció de mucho aporte. Se los dejo aquí para finalizar:

 

  • El proceso político, aunque necesario, tiene poco que ver con cómo Dios está salvando el mundo.
  • El destino del reino de Dios no depende de las contiendas políticas.
  • No seas ingenuo, los partidos políticos están más interesados en los votos cristianos que en los valores cristianos.
  • El objetivo final de los partidos políticos es el poder. El objetivo final de un cristiano es el amor. Y ahí radica el problema.
  • Mientras buscas el Anillo del Poder, no tienes permitido abandonar el Sermón del Monte.
  • Si tu pasión política te dificulta amar a tu prójimo como a ti mismo, necesitas bajarle el tono.
  • Tu tarea es llevar la sal de la civilidad cristiana a un proceso político feo y acérrimo.
  • Desmembrar el cuerpo de Cristo por política es un grave pecado.
  • Ejerce tu libertad para votar según tu conciencia y convicción, aceptando que otros cristianos harán lo mismo y votarán diferente a ti.
  • Es más importante que tu alma esté llena de amor que tu equipo político gane el juego.

Compartir

Escrito por alepooley

0Comentarios

0 comentarios

Deja un comentario

Artículos relacionados

© 2024 alepooley