Cuando era niño existía un comercial de TV que publicitaba unos dulces llamados traga-traga. El personaje principal, era justamente una especie de monstruo amistoso naranjo que se comía todo lo que había a su camino: Muebles, lámparas, una cama y finalmente la cámara de televisión. En su búsqueda de saciar el hambre, no dejaba nada a su camino. No le importaba tampoco que cosas ponía en su estómago, la meta era comer.
Tal vez también te ha pasado, que alguna vez engulliste comida como este monstruo Traga-traga y te enfermaste del estómago por comer sin pensar. Frente al dolor trataste de recordar el menú del día anterior sin éxito alguno.
Observo que muchos creyentes viven en su vida espiritual de la misma manera. Tragan y tragan contenidos, luego miran su propia vida, la de sus hijos, su vida emocional, su matrimonio y no logran encontrar una explicación para la profunda “indigestión” que están pasando.
Pablo en su carta a colosenses nos desafía a vivir de una manera distinta:
6 Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos. 7 Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud. 8 No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo.
Colosenses 2:6-8
En primer lugar Pablo insta a los cristianos de Colosas a profundizar su relación con Cristo siguiendo sus pasos, arraigándose y edificando sobre Él.
Luego Pablo les desafía a no dejarse atrapar por filosofías e ideas que no provienen de Cristo.
Es interesante porque lo anterior nos habla de un rol activo de identificación de ideas y formas de pensamiento que debemos tener como cristianos. Debemos continuamente pensar en lo que pensamos.
No es opción para el discípulo/a de Jesús quedarse dormido en medio de los mensajes culturales de los cuales estamos rodeados.
Se dice que nuestra generación es la que tiene mayor acceso información en la historia de la humanidad.
Por esta razón, la mayor necesidad actual no es el acceso al conocimiento. La mayor necesidad frente a este océano de información, es la capacidad de discernir.
Te des cuenta o no los medios de comunicación, las series, las películas, los libros, y todo contenido al cual accedemos contiene una filosofía de pensamiento.
Estas formas de pensamiento influirán en nosotros de maneras conscientes o inconscientes. Nos estaremos educando por participación voluntaria o por omisión pasiva.
Por esta razón como cristianos que vivimos en esta realidad debemos estar alertas a las formas de pensamiento detrás de los contenidos a los cuales accedemos.
Ahora, también hay un tema que no debemos pasar por alto de este pasaje de colosenses. Pablo dice: la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó. Es esta verdad la que se constituye como base para cualquier análisis y discernimiento.
A la verdad que se refiere aquí Pablo, es el conjunto de principios fundamentales de lo que implica ser seguidor de Jesús. Estos principios serán una especie de ancla, de piedra fundamental o de punto de referencia para cualquier diálogo con las otras filosofías que nos rodean.
El problema se da cuando intentamos discernir sin conocer o estar fundamentados en esa verdad.
Por esto los apóstoles insistieron en que los nuevos cristianos debían estar fortalecidos primero en esta verdad. ( 2 Tesalonicenses 2:15, Hebreos 5:11-14) para luego poder discernir.
¿Conocemos los principios fundamentales de nuestra fe? Probablemente tendremos que meditar en esto también…
Volviendo al tema del discernimiento (e intentando salir de la práctica “traga-traga” al acceder a contenidos) te comparto algunas preguntas para reflexionar al respecto:
- ¿Estoy logrando identificar los principios valóricos que hay detrás de los contenidos audiovisuales que veo o escucho en las distintas plataformas?
- Si respondiste afirmativamente a la pregunta anterior ¿Qué hago luego con esos valores y principios identificados? ¿Los analizo a la luz de la verdad bíblica o solo los “trago” a secas?
- Lo que estoy viendo o consumiendo ¿Qué enseña en relación al concepto del bien y el mal? ¿Qué modelos de amor expresa? ¿Qué me enseña en relación al valor del ser humano, al concepto del perdón, a la esperanza o redención?
- ¿Hay una agenda oculta por parte de alguna ideología o grupo que quiere implantar en mi mente alguna forma de pensar específica?
- ¿Quién financia la producción de contenidos que estoy consumiendo? ¿Cuáles son los valores, principios o tipo de humanidad que quieren transmitir estos financistas?
A los que son padres, madres o cuidadores:
- ¿Sé lo que están viendo y escuchando mis hijos/as?
- ¿Me siento al lado de ellos/as de vez en cuando para ver junto a ellos lo que están viendo?
- ¿Pienso en la calidad y el tipo de contenidos a los cuáles les estoy dando acceso al interior de mi hogar a mis hijos/as?
- ¿Motivo a mis hijos a identificar los valores y principios que hay detrás de lo que ven o escuchan?
- Luego de ver una película, leer un libro, etc. ¿Converso con mis hijos/as en relación a lo que enseña ese contenido y como se relaciona con lo que nos enseña Jesús?
- ¿Tengo realmente claridad de las enseñanzas de Jesús como para generar el diálogo anterior?
Espero que si has leído este artículo pueda movilizar algo en ti. Jesús no nos llamó para ser cristianos traga-traga que se relacionan con su cultura sin ningún tipo de discernimiento.
Nos llamó para que en medio de la cultura que nos rodea, podamos vivir con libertad y discernimiento.
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