La temporada de la fe

por | 29 Mar | 2024

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La Semana Santa invade nuestras pantallas y redes sociales. Reestrenos de películas «religiosas», famosos con cruces en la frente y vendedores de «ramitas» de Domingo de Ramos conforman un paisaje que, por unos días, parece reflotar las raíces cristianas de nuestros países. Todo eso mezclado con los conejos y huevitos de chocolate que en algún momento lograron mezclarse en todo este concepto. (Buena jugada ahí de los gremios de conejos chocolateros..)

En Chile, los precios del pescado se disparan por la creencia de que comer carne es un pecado en estos días. Los ateos, en un acto «revolucionario», organizan asados masivos en parques de la ciudad. Un grupo más participante, asistirá a alguna misa o culto, cumpliendo así con el «item religión» para todo el año.

Algunos argumentan que esta época es una oportunidad para «visibilizar la fe cristiana» y puede ser que algo de razón tengan. Tal vez para alguien que nunca ha escuchado la historia de Jesús, ver una serie o película puede ser un primer paso. Sin embargo, no debemos olvidar que todas las interpretaciones artísticas del Salvador darán una perspectiva limitada, y varias de ellas, muy equivocadas.

El riesgo de todo esto es convertir a Jesús en un producto más de nuestra cultura consumista. Semana Santa se convierte en «la temporada de Jesús», donde todo lo relacionado con él está de oferta, accesible y de moda.

Luego, la temporada termina y estamos listos para el próximo énfasis que os ofrezca la cultura. No confundamos esto con el mensaje central de Jesús. Él nunca nos dejó la opción de ser neutrales frente a su persona y enseñanzas. La única forma de relacionarnos con Él es por medio de una entrega radical que implique el involucramiento y renuncia de todas las áreas de nuestra vida a su verdad: «Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás» (Mateo 16:25).

No reduzcamos nuestra relación con Cristo a «La temporada de Jesús». Conmemoremos estas fechas con reflexión y alegría, pero no limitemos nuestra fe a un par de días. Descubramos la vida abundante que nos ofrece y la hermosa relación continua y permanente que podemos profundizar con Él.

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Escrito por alepooley

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