Es preocupante observar, que frente al presente conflicto en la franja de gaza, en ciertos sectores cristianos se llama a orar por un grupo en desmedro de otro.
Es un error teológico el pensar que hay vidas que tienen mayor valor por pertenecer a cierta raza, religión o país. El llamado a reconciliarse con Dios por medio de Jesucristo es a toda la humanidad, sin distinción. (2 Corintios 5:19) No hay razas, ni grupos superiores. Todos necesitamos a Cristo.
Orar por la paz y justicia en un mundo caído siempre será un desafío. Es difícil descifrar la profundidad y las ramificaciones de los conflictos que observamos. Más aún cuando suceden en lugares tan ajenos a nuestra comprensión e historia cultural.
Sin embargo, sí podemos orar por la protección de las personas inocentes atrapadas en lugares de guerra, por la provisión para todos aquellos que serán refugiados a causa del conflicto armado, debemos orar para el cese del fuego y la búsqueda de acuerdos de paz. Y enfáticamente podemos orar para que la iglesia de Cristo, presente en esas naciones, pueda proclamar el evangelio de la reconciliación en medio del conflicto. Orar en el nombre de Jesús, es orar comprendiendo su corazón para TODA la humanidad rota.
Creo que ese llamado de oración en pro de los israelitas se debe a una preocupante mala interpretación de la Biblia. Cristo vino, precisamente, a traer el evangelio a todas las naciones, a partir de lo cual «no hay judío ni gentil» ni, por supuesto, ningún lugar más importante que otro, pues todos constituyen creación de YHWH.