En el post anterior abordé en detalle los orígenes históricos de la fiesta de Halloween. Si no lo has leído aún, puedes revisarlo aquí: Halloween:Orígenes e historia
Ese artículo servirá de introducción y contexto para algunos de los conceptos que desarrollaré en este post.
A la hora de hablar de Halloween, creo que en algunos círculos cristianos se cae inevitablemente en dos extremos. Por un lado, están aquellos que vinculan rápidamente la festividad de Halloween a prácticas paganas y ocultistas por el antecedente de que esta sería heredera directa de la celebración celta de Samhein. Cómo vimos en el post anterior, si bien hay influencia bastante cercana de prácticas de esa celebración a lo que hoy vemos en Halloween, no se puede concluir fehacientemente que su origen haya sido único y exclusivamente este.
Por otro lado, están aquellos cristianos que se van al extremo de minimizar los símbolos y componentes que rodean esta fiesta, reduciéndola a una expresión cultural, a una fiesta de disfraces o simplemente a una fecha dirigida por el comercio. En esta posición, el participar o no de Halloween no implicaría ninguna contradicción con la fe cristiana.
Sin embargo, también considero que podría haber un tercer grupo de cristianos: aquellos que miran esta celebración con escepticismo. Ven la fecha no solo como una manifestación de consumo, sino que albergan inquietudes acerca de posibles conexiones de esta festividad con el ocultismo.
Es probable que los padres cristianos se enfrenten al mayor dilema, especialmente durante las fechas cercanas a esta festividad, al debatirse entre permitir o no la participación de sus hijos en actividades como usar disfraces, pedir dulces en otras casas, entre otros. La presión ejercida por grupos de amigos puede representar un asunto relevante para esos niños y niñas.
Más allá de darte una solución con varios pasos a seguir, lo que me gustaría en este artículo es plantear algunas preguntas que los padres y madres cristianos (y tal vez no solo ellos) deberían plantearse a la hora de interactuar con una festividad como la que representa Halloween. Por último, expresaré cuál es mi punto personal frente al tema.
Como primer paso, me gustaría dar como contexto del análisis lo que nos enseña Pablo en el capítulo 14 de la carta a los Romanos. Pablo le está escribiendo a la iglesia de Roma acerca de la importancia de no juzgar a otros. Hace una distinción también, entre aquellos que son fuertes y débiles en la fe. Además, enfatiza la idea de que cada creyente debe llegar a conformar sus propias convicciones en coherencia con la Palabra de Dios y su libertad como hijos o hija de Dios.
Así lo explica en Romanos 14:22-23
Tal vez crees que no hay nada malo en lo que haces, pero mantenlo entre tú y Dios. Benditos son los que no se sienten culpables por hacer algo que han decidido que es correcto. Pero si tienes dudas acerca de si debes o no comer algo en particular, entonces es pecado comerlo, pues no eres fiel a tus convicciones. Si haces algo que crees que está mal, pecas.
Lo cierto es que, como discípulos de Jesús, tenemos una gran libertad para nuestras vidas. Pero es, a la vez, una libertad que nos dirige a vivirla con fundamentos claros y responsabilidad. Debemos ser capaces de comprender y asimilar las enseñanzas del evangelio de manera que podamos aplicarlas a las decisiones y dilemas de nuestra vida, incluso en situaciones en las que quizás no encontremos una respuesta literal para cada caso.
Algunos me dirán ¿Estás diciendo que la Biblia no tiene respuesta para todo? ¡Claro que no estoy diciendo eso! Pero hay veces en que nos encontramos en áreas grises donde no tenemos muy claro hacia donde maniobrar.
Miremos algunos ejemplos: ¿Te dice la Biblia en que barrio debes vivir?¿La carrera que debes estudiar? ¿La marca de ropa que debes usar? ¿O si debes dormir 5 u 8 horas? Claro que no.
Sin embargo, sí hay PRINCIPIOS de la palabra que nos pueden guiar para tomar decisiones sabias en relación a esto.
Volviendo al tema de Halloween, no tenemos directamente un mandamiento que nos diga “No debes participar de Halloween” pero si tenemos algunos principios que nos podrán orientar a tomar una decisión sabia al respecto.
Siguiendo esta misma línea, debemos saber que hay principios bíblicos específicos a los cuáles la única manera de responder (para un discípulo o discípula de Jesús) es con OBEDIENCIA.
Por otro lado, para aquellas cosas en las cuales no hay tanta claridad o respuestas textuales, debemos desarrollar CONVICCIONES PROPIAS en las cuales logremos estar en paz delante de Dios (y como nos dice Romanos 14) de las cuales no dudemos.
Y por último, debemos reaccionar con GRACIA frente a aquellas distintas convicciones que otros cristianos han desarrollado en coherencia a su entendimiento bíblico.
Habiendo clarificado este contexto, vayamos a algunas preguntas en relación con Halloween y a algunas formas sugeridas de cómo abordarlas:
¿He investigado respecto a cuáles son los orígenes y fundamentos de esta celebración?
Si no es así, te animo a hacerlo. Esto te puede ayudar a formar tus propias convicciones al respecto. Si no sabes por donde comenzar, puedes leer mi artículo anterior titulado “Halloween: orígenes e historia”
Actualmente, en una era de mucha información, veo de manera contradictoria que pocas personas se dan el tiempo de profundizar en sus convicciones. La mayoría de las veces terminan haciendo un “copy paste” de opiniones que aparecen en redes sociales sin una mayor reflexión. Por eso, me parece importante profundizar en las bases que se sustentan nuestras convicciones.
El posible origen o influencia pagana de Halloween ¿Es un factor fundamental a la hora de decidir no participar de esta celebración?
En mi opinión, el origen pagano puede ser un antecedente, pero deberíamos ir más profundo y no solo quedarnos en eso. He leído algunos post y publicaciones en las cuales se usa este antecedente para descartar Halloween. ¿Pero qué pasaría si el origen de la fiesta estuviera más asociado a la celebración católica del día de todos los santos? (tal como lo plantea una de las posturas que profundizo en el otro post) ¿Esto la haría más aceptable?
Si la razón primaria para participar en algo es porque tiene o no orígenes paganos, (o del “mundo”), deberíamos comenzar a analizar en detalle muchas cosas que hacemos en nuestro día a día y también en nuestras iglesias. Por ejemplo: algo que es desconocido para muchos es que el púlpito (o estrado) que usamos para predicar en las iglesias, originalmente tiene un origen en los templos paganos. También muchos de los instrumentos musicales que usamos, son anteriores al cristianismo y algunos fueron inclusive ocupados en adoración a otros dioses. Y así podríamos seguir con muchos ejemplos respeto a películas que vemos, ropa que usamos, alimentos que consumimos o vehículos que conducimos.
En la perspectiva cristiana, Dios nos permite redimir fechas, objetos y lugares por la autoridad que tenemos en Jesús. Esto a la vez es coherente con lo que Pablo enseña en referencia a como los cristianos en el primer siglo debían interactuar con la comida ofrecida a los ídolos en templos paganos. Él sabía que estos ídolos eran falsos, por lo tanto, todo lo que hacía, lo hacía para Jesús, el único Dios verdadero ya que todo lo demás era simple idolatría o superstición. Los cristianos nos regimos por una libertad mayor que nos da vivir en el pacto de la Gracia (Romanos 5:21)
Por lo tanto, creo que conocer el origen de Halloween o sus influencias es importante ya que nos alerta de ciertas tradiciones vinculadas a prácticas ocultistas que han sido heredadas, pero debemos analizar algunos otros factores más que solo su origen a la hora de crear nuestra propia convicción
¿Qué sucede con las temáticas de miedo, ocultismo y terror presentes en Halloween?
En este punto me parece que tenemos también algunos principios bíblicos que nos pueden orientar. Me parece que no debemos pasar por alto aquellos elementos que buscan directamente exaltar el mal, la muerte, prácticas ocultistas o directamente satánicas.
La Biblia es explícita en condenar la hechicería u otras acciones asociadas a esta (Deuteronomio 18:9-11) en el Nuevo Testamento también hay una enseñanza y ejemplos claros al respecto (Hechos 8:9-24 y Hechos 16:16-24)
De la misma manera, la Biblia nos enseña a dirigir nuestras mentes hacia lo bueno, lo puro y lo que es de buen nombre (Filipenses 4:8). Por otro lado, nos indica que la misión del enemigo (Satanás) es robar, matar y destruir. (Juan 10:10) lo que es completamente opuesto a la vida en abundancia que nos ofrece Jesús.
En este sentido nos debemos preguntar ¿Es adecuado que como cristianos nos asociemos a elementos que enfatizan la misión del enemigo más que la de Cristo?
Este análisis nos debería llevar a evaluar, más allá de Halloween, otros productos o contenidos que consumimos como películas de terror, novelas esotéricas, lectura del horóscopo, juegos de video, de mesa, etc.
Por otro lado, debemos estar atentos a los frutos que producen esos contenidos en nosotros. En una cultura tan asociada a pensamientos depresivos, situaciones de pánico, incertidumbre y miedo ¿Vale la pena enfatizar más aún los estímulos que gatillan esas emociones?
¿Hay prácticas ocultistas o satánicas ligadas a Halloween?
En el post anterior ya hice un análisis con bastante detalle respecto a los orígenes y la historia de esta festividad, por lo cual no profundizaré mucho en esto aquí.
Si decir que el neo-paganismo Wicca, ha tomado la celebración de Halloween como una de sus 8 principales fiestas, al igual que los antiguos paganos celtas hacían con Saheim.
En el blog “Mama Bear Apologetics” se detalla lo siguiente:
Ellos (Wicca) también creen que el velo entre los vivos y los muertos se adelgaza, por lo que es más fácil contactar a sus seres queridos que han fallecido. Algunos incluso intentan permitir que esos espíritus muertos los posean para que esos espíritus puedan pasar una noche de fiesta y disfrutar de sus comidas favoritas como cuando vivían. Al participar en estos rituales, el elemento demoníaco es muy real y no es sólo un cuento de viejas. [i]
También es conocido que muchos movimientos ocultistas y satánicos eligen esta fecha para realizar ritos, reuniones y otras prácticas oscuras.
Por otro lado, algunas personas de manera ingenua muchas veces incursionan en prácticas ocultistas en esa época simplemente por curiosidad o porque “el ambiente” los dirige a eso. Es aquí donde los cristianos deben estar con los ojos bien abiertos a juegos (como la tabla ouija, lectura de tarot, algunos tipos de juegos de rol, entre otros) que pueden presentarse como “solo un juego” pero que pueden terminar acercándonos a prácticas ocultistas o satánicas. El mundo espiritual es real. (Efesios 6:12)
Sí me gustaría enfatizar algo aquí. Hay algunos creyentes que entran en una especie de temor amplificado en la época de Halloween pensando en lo que los del “lado oscuro” podrían estar haciendo. Debemos recordar que Jesús ya tomó autoridad sobre cualquier potestad espiritual (Colosenses 2:14-15) y debemos aprender a vivir en esa autoridad y realidad. Halloween, como cualquier otro día del año, está bajo la autoridad de Jesús resucitado. (Hebreos 1:3)
Habiendo expuesto todo lo anterior, me parece que hay muy pocas razones de porque un cristiano pudiera participar de una festividad como Halloween. Sin embargo, habiendo asentado esto ¿Cómo guiamos a nuestros hijos, sobrinos o nietos cuando esta celebración está tan impregnada en el comercio, barrios y colegios?
Enséñales que muchas veces la fe cristiana se va a oponer a la cultura que les rodea:
A medida que la comprensión de nuestros hijos e hijas vaya creciendo, debemos ser capaces de enseñarles que su fe en algunos momentos va a entrar en conflicto con los valores de otras personas o de la sociedad. Esto no significa que debemos aislarnos, pero sí que debemos estar preparados para abrazar ese factor diferenciador. Jesús mismo nos advirtió que tendríamos aflicción en este mundo (Juan 16:33). Si aquellos a quienes estamos discipulando en la fe cristiana no están conscientes de esto, sus expectativas serán que el mensaje de Jesús siempre será bien recibido por otros y esto no es coherente con la realidad.
Lo anterior no significa que debemos ser hostiles con los que no comparten nuestra fe o con aquellos que son más débiles en la fe (Volvamos a leer Romanos 14). Pero sí debemos aprender a movernos en el carril de la Gracia y también de la verdad. Seguir a Cristo tiene un costo social. Como dice Francis Chan:
Algo anda mal cuando nuestras vidas tienen sentido para los incrédulos.
Aprende a ser flexible, sin ir en contra de tus convicciones y decide cuales son las batallas que realmente vale la pena pelear.
Aquí les hago una pregunta ¿Qué pasa si tu hijo o hija quiere disfrazarse de princesa, caballero, dinosaurio o super héroe ese día porque todos sus amigos en el barrio lo van a hacer? ¿Le vas a decir que todos sus amigos son adoradores de satanás porque están disfrazados de cierta manera?
En eso me gusta como lo plantea una vez más el artículo de Mama Bear Apologetics:
Piénsalo de esta manera: ¿le dirías a tus hijos que todos los que visten ropa elegante y se sientan a su lado en la iglesia son cristianos? ¿O que los ateos que celebran la Navidad están adorando el nacimiento del Salvador? ¡No! Porque las acciones sin fe están muertas, y ciertamente no son adoración.
Dicho esto, ¿puede una persona disfrazarse como un acto de adoración a antiguos dioses celtas, brujería o adoración al diablo? ¡Claro que sí! Pero ¿el niño que se disfraza de Wonder Woman lo hace porque la adora? Lo dudo. Probablemente solo piensa que es divertido usar el “Látigo de la verdad”. 1
Por otro lado ¿Qué hacemos cuando nos vienen a toca la puerta a pedir dulces? En vez de entregarles golosinas ¿les damos un desteñido folleto titulado “cómo Halloween te lleva al infierno” a niños de preescolar? ¿O al igual que los antiguos celtas, apagas las luces y te encierras en tu casa para que estos “seres de mal “crean que no estás ahí y así no te molesten?
Creo que como discípulos de Jesús debemos crear puentes con nuestros vecinos no creyentes, en vez de levantar muros. No podemos esperar que las personas que no conocen a Jesús tengan convicciones según los valores cristianos Es aquí donde pienso que debemos actuar con gracia y misericordia.
Pienso que pueden construirse diversas maneras para no ceder en tus convicciones, pero a la vez conectar con personas que no comparten esas convicciones.
Pensando de manera práctica, por ejemplo, podrías colgar un cartel en tu casa que diga algo como: “En esta familia celebramos la vida, ven por dulces gratis”
También te podrías anticipar y ser tú el que invite a tus vecinos a una fiesta de la luz o de la vida, con la consigna de que los disfraces deben enfatizar cosas positivas. (pero si llega un vampiro, no le tires un balde de agua fría…)
Creo que a ti se te pueden ocurrir otras ideas mucho más creativas, pero el fondo es cómo aprovechas esta oportunidad para crear puentes con aquellos que aún no han conocido la luz.
Halloween es una buena oportunidad para enseñar a tus hijos a como relacionarse con otros sin juzgar, pero a la vez mantenerse firmes en sus convicciones, imitando así el modelo de Jesús, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14)
Para concluir: supongo que a estas alturas ya vas captando cual es mi opinión personal frente a Halloween. Luego de investigar acerca de sus orígenes, influencias y prácticas actuales, creo que es una celebración que no aporta ni cultural ni espiritualmente.
Me parece que vivimos en tiempos donde no necesitamos enfatizar más el mal. Debemos ser proclamadores de la vida y de la luz y a la vez debemos actuar con gracia con aquellos que aún no se han encontrado con la vida abundante de Jesús.
Así mismo, debemos también ser astutos y sabios en no participar sin inteligencia en prácticas que levanten las obras de las tinieblas.
En esta misma línea, me gustaría cerrar con la traducción de una reflexión que hizo hace algunos días un pastor inglés, John Canon, en su perfil de Instagram y que creo logra expresar de gran manera el problema con Halloween:
Permíteme explicar por qué no estoy de acuerdo con Halloween:
En primer lugar, Halloween nos engaña acerca del mal. Crea una visión caricaturesca del mal como algo trivial, inofensivo y divertido que nadie podría considerar una amenaza. Sin embargo, todo mal es serio, y jugar con el mal sobrenatural lo es aún más. Jugar con el mal es un juego de tontos.
En segundo lugar, Halloween nos distrae del mal. Presenta el mal en términos de lo obvio y lo espectacular; cosas que proclaman su identidad con colmillos y garras, risas malévolas y capas. Sin embargo, el mal es más seductor cuando es silencioso y sutil. Los males más peligrosos no son figuras torpes disfrazadas de esqueletos golpeando en tu puerta; están infinitamente mejor disfrazados. En el mundo real, el mal más mortífero no aparece con gritos nocturnos de «¿Truco o trato?» En su lugar, se desliza sin previo aviso a plena luz del día. Está presente en la súbita oportunidad de mentir, difamar, calumniar o robar. El problema con el camino al infierno es que nunca declara su destino. Al centrarse en lo reconocible y grotesco, Halloween oculta el hecho de que la mayoría del mal lleva un rostro encantador.
Finalmente, Halloween niega la derrota del mal. En Halloween, el mal sobrenatural se presenta como incontestable y victorioso. Sin embargo, como cristiano, creo que eso es solo la mitad de la historia y la parte más oscura. La realidad es que el mal ha sido derrotado en la cruz y que un día el Rey crucificado, Jesucristo, regresará y abolirá incluso el recuerdo de él para siempre. Esa es la historia que quiero celebrar, no Halloween.
[i] https://img1.wsimg.com/blobby/go/6423be8a-358c-46ea-89ec-c655daf037a3/Mama%20Bear%20Apologetics%20Halloween.pdf?fbclid=IwAR0jkByHh3DxfFOG27S4QxyzUVIzhe0ReNBUum2QsJdgiKqTZIw5PREDKQ0
Alejandro, muchas gracias por este artículo, que me ha hecho reflexionar mucho. Por otro lado, creo que bastante de lo que dices puede ser aplicado tanto a la Navidad como a la Pascua, los cuales, especialmente la primera, tienen muchísimos elementos paganos que celebramos, incluso en la iglesia, como el árbol, la fecha, los regalos, etc.
Gracias Claudio por tu comentario. Sí, creo que hay muchos aspectos más en los cuales debemos detenernos a analizar a la luz de la evidencia histórica y de la Palabra
Uuu Pastor Pooley, me parece muy bueno este análisis, bueno quizá deberíamos celebrar que hoy Martin Lutero pego las 95 tesis y de ahí parte nuestra iglesia.
Muy acertado en lo que dice y muy de acuerdo con lo que plantea.
Saludos.
Gracias Mylene por tu comentario! Sí, importante celebrar la historia con sentido